Cuando estábamos pequeños no teníamos celular, jugábamos la anda, a saltar la cuerda, al escondido y con los juguetes que teníamos; ir al parque con nuestros papás o ir a la playa eran momentos de mucha alegría, nos conformábamos con lo que veíamos en la televisión, y para muchos el cable era un lujo.
Con mi madre nos sentábamos a hacerle ropa a las muñecas, o hacer títeres con las telas que ella guardaba, y esto es algo que replico con mis hijos también. Pero cada generación va cambiando, la cultura es así, vuelven modas y otras se van, pero sin duda las nuevas tecnologías influyen grandemente en las personas.
Pantallas, celulares y relojes inteligentes, mucho de esto y ahora está en manos de casi todos, nuestros niños ya experimentaron la educación a distancia, se comunican por las redes sociales y en muchos casos ya no se ven jugando en las calles como solía ser hace unos años.
Se aburren más, pero es que todos estamos ya más ocupados, con la cantidad de contenido que podemos consumir diariamente, y la cantidad de trabajo que se debe hacer, muchas veces nos olvidamos de esos ratos de convivencia, y hasta optan por dar un dispositivo para que el niño se entretenga, y no está mal un ratito, pero hay que estar vigilantes de qué es lo que los niños están viendo, cuáles aplicaciones están utilizando, y cuánto tiempo pasan frente a las pantallas.
Pienso que es preciso dedicar más tiempo a ellos, crecen rápido ya lo hemos visto, sentarnos a jugar con los juguetes y volver a recordar el tiempo en que éramos niños, salir a caminar o jugar bola en una plaza, crear casitas con sillas y cobijas y llevar algunas golosinas para compartir, hornear galletas con figuras, visitar a los abuelos, disfrutar de los momentos en que pasamos juntos.
Es también importante discutir las situaciones o problemas que se presentan, resolverlos dialogando llegando a acuerdos y no imponiendo nuestra opinión, respetando los derechos que ellos como niños tienen y nosotros como adultos también, pero la responsabilidades que cada uno debe cumplir son importantes de mencionar.
Esta generación de madres, padres y encargados, se ha enfrentado a grandes cambios, mayor apertura, y menos rigidez, combatiendo males sociales como el machismo y el adultocentrismo; creando una mayor conciencia ecológica; con nuevas opciones y herramientas para una crianza más positiva; pero con antiguos valores que hemos heredado. Y todo esto muchas veces nos hace un colocho que no logramos entender, o quizás cuáles decisiones tomar, pero les digo que la intuición viene a jugar un papel muy importante.
Para terminar quiero decirles que la maternidad es un reto enorme, hay días hermosos llenos de alegría, pero otros muy difíciles y cansados en verdad, mas no hay que flaquear, paciencia, empatía y comprensión, pensamiento crítico, responsabilidad y sobre todo amor, son algunas de las claves para poder disfrutarlo.
Saludos soy Estef otra mamá millenial 💗
