El Artesano
Había una vez, hace muchos años, un señor que
habitaba en una comunidad rural en Costa Rica,
a él le gustaba salir a caminar todas las mañanas para recoger ramitas y
hojas secas, luego llevarlas a su taller
para construir hermosas artesanías, aunque esto le daba solo para comprar
algunas cosas necesarias, así que para
ayudarse a costear la vida que a veces se ponía dura, el señor sembraba en su
huerta toda clase de semillas que podía, además tenía algunas gallinas y en eso
pasaba sus días.
Algunas veces, para las navidades elaboraba algunas
casitas para venderlas en la feria de la comunidad, las cuales sus vecinos y
otras personas visitantes utilizaban como decoración.
De joven una vez se enamoró, pero la chica tuvo que
dejar el pueblo, así que nunca más supo de ella, desde ahí fue muy solitario.
Un día mandaron a una niña a su
taller, para que le hiciera el favor de reparar unas sandalias, el hombre
silencioso le dijo que esperara, mientras tanto ella miraba todo lo que aquel
anciano había coleccionado por años, lo que le llamó mucho la atención, así que
comenzó a preguntar por todo lo que le inquietaba:
-¿Quién hizo esa pintura?
-Fui yo.
-¿Y qué significa? ¿Por qué tiene tantos muñequitos
de madera?
La madre de la niña un poco preocupada por la
tardanza salió a toparla y justo a tiempo el señor terminaba de coser las
sandalias, lo saludó, le pagó y tomó a la niña del brazo llevándosela con
prisa, pero la chiquilla había quedado intrigada, así que algunos días pasaba
luego de la escuela, con el pretexto de que debía reparar unos zapatos, o que
le llevaba una fruta y poco a poco fue conociendo su mundo.
Una vez les asignaron en la escuela realizar una
entrevista a sus abuelitas o abuelitos, pero como ella no tenía ni uno cerca,
fue a preguntarle si podía registrar sus anécdotas, el señor estuvo de acuerdo,
quien de por sí disfrutaba de esas conversaciones, narrándole lo que observaba
cuando salía a caminar, le enseñó a mirar el proceso de crecimiento de una
planta y la forma en que los pequeños insectos se organizaban para trabajar,
todo aquello que para otras personas era indiferente, para ella tenía mucho
valor, así fue aprendiendo por algún tiempo, hasta que una triste noticia llegó
a sus oídos, cuando se levantó para ir a estudiar, los vecinos decían que el
hombre del taller había fallecido de un ataque al corazón, ella lloró por unos
días, como si hubiera perdido a su abuelo, pero luego continuó su vida como
cualquier niña.
Algunos años después, cuando ella era una gran
escritora, publicó un libro con bellas historias el cual se tituló: “El
artesano”.

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