Estilos de Crianza
Cuando nos convertimos en madres, comenzamos con grandes expectativas y también con temores, pero poco a poco vamos enfrentando las situaciones que se nos presentan y con cada día vivido junto a nuestros hijos vamos formando hábitos que pasan a ser parte de nuestra cotidianidad.
El temperamento de cada persona es distinto: madre, padre, hijos y así las relaciones que se dan dentro y fuera de ese pequeño grupo social, además de los patrones con los que fuimos criados quienes ahora somos adultos, tienen una gran influencia en la forma en que lo estamos haciendo con nuestros hijos. Si bien son muchos los factores que afectan el proceso de crianza y educación de los niños, vamos a comprender los cuatro estilos más comunes que se dan de acuerdo a todos esos elementos que influyen:
Democrático:
Es el estilo de crianza más beneficioso para nuestros hijos, porque a pesar de que existe la autoridad, se educa a los pequeños con límites y reglas, también se da la comunicación y el respeto hacia todos los miembros del grupo familiar y las muestras de afecto están presentes, esto fortalece la confianza y ayuda en su desarrollo.
Permisivo:
Algunas veces cuando estamos frente a situaciones difíciles, las madres, padres o encargados del cuido de los niños, optamos por dejarlos hacer lo que ellos quieran, suele suceder entre los dos y los cinco años que es cuando los pequeños se encuentran en una etapa en la que están aprendiendo y conociendo rápidamente, se sienten retados, hacen los típicos berrinches y el adulto siente que se le sale de las manos, optando por lo más sencillo, de igual forma suele suceder durante la adolescencia. Pero en estos momentos es necesario la aplicación de normas claras.
Asimismo ocurre con algunos adultos que sobre protegen al menor, tampoco es recomendable porque crea más dependencia y a futuro les lleva a la irresponsabilidad.
Negligente:
Existen los casos en que sea cual sea la razón de los adultos se despreocupan de los pequeños, no consideran necesario vigilarlos al salir de casa, no les ayudan con las tareas de la escuela, e incluso hay una carencia afectiva, tampoco se les facilita lo necesario para una verdadera calidad de vida y llega a darse casos de maltrato.
Estos les afecta grandemente a los pequeños a su relación familiar y social.
Autoritario:
Es cuando no se le da oportunidad a los pequeños de desarrollarse plenamente, de experimentar, sino más bien se les exige demasiado, y se espera de ellos obediencia, la parte afectiva se excluye.
Este tipo de crianza afecta también a los niños por la falta de comunicación y de expresión de los sentimientos, influyendo negativamente en todos los planos de sus vidas.
Una vez comprendidos estos estilos de crianza no podemos ignorar que existen muchas tendencias, la cultura genera un gran impacto en las relaciones familiares, algunas veces se entremezclan rasgos de los antes descritos, o se incorporan nuevos elementos, lo importante es tomar un poco de cada uno y mantener un equilibrio, porque si bien es cierto, es necesario tener normas claras, enseñarles disciplina, en otros momentos es importante dejarles expresarse y crear su propia personalidad, pero además y lo más importante es el acercamiento emocional, dar y recibir amor, reforzar el autoestima, la confianza y el respeto, y con esto hago una propuesta hacia una CRIANZA CON VALORES, donde los niños aprendan la importancia de tener empatía, tolerancia, generosidad, honestidad, paciencia y en fin todos los valores que puedan ponerse en practica en el diario vivir.
Para finalizar cabe mencionar la crianza con apego natural que se esfuerza por dar a los hijos el mayor acercamiento físico y emocional, especialmente en los primeros años de vida, esta se basa en la lactancia materna, el colecho, el porteo y otras acciones que promueven el fortalecimiento de los vínculos familiares, especialmente el de madre e hijo.